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SUEÑOS QUE SE HACEN REALIDAD

ESPERANDO LA PRIMAVERA

ESPERANDO LA PRIMAVERA

Hemos sobrevivido a la navidad y al fin de año… una vez más.

Y ahora, después de tanto trabajo, preparativos, buenas intenciones de año nuevo ya olvidadas con la resaca, llega un periodo de cierta calma, tranquilidad, y sí, sosiego que ganas teníamos ya.

Necesitamos recuperarnos de toda esa sobrecarga emocional.

 

Hace mucho frío así que nos ponemos agustito con la mantita y a leer, ver la tele, pasar el tiempo con el ordenador…

Algunos aprovechamos para limpiar, ordenar todas esas cosas siempre pendientes, y ahorrar un poquito que con eso ni la resaca puede.

 

Pero sobre todo, me encanta esta tranquilidad porque permite darte un tiempo de parón y de reflexión para coger fuerzas, impulso y continuar adelante. Como decía Alejandro Sanz : “viviendo tan deprisa la vida no se aprecia”.

A mí me sirve muchísimo el ordenar y quitarme esas siempre eternas “cosas pendientes” porque a la vez, me ordeno a mí misma.

 

El tema es así : has salido y estás en un pub en pleno apogeo, con la vorágine del alcohol, el baile...

en un momento dado,  te sientas y respiras un rato y bebiendo y disfrutando observas todo a tu alrededor.

Ves al que está ya pasado de rosca, te das cuenta de ese o esa que están ligando, las amigas que discuten o aquella persona que está totalmene sola, y todo adquiere una nueva perspectiva. Realmente “estás mirando y eres consciente” de lo que ocurre en tu mundo.

 

Así pues, estás en casa un sábado (¡¡ por fín!!) y hablas con las personas que convives,  te das cuenta de que tu hermano, tu padre o tu abuelo no están bien… o sí…

Eres consciente de las penas y las alegrias de tu gente.

Y en cierta manera, te obligas a replantearte tu vida, tu situación sentimental, tus amistades, tu familia… para bien o para mal.

A lo mejor así adquieres el valor, el ánimo y la fortaleza necesaria para ser consciente de lo que está mal o bien y cambiarlo, o valorarlo y cuidarlo.

 

Y siempre llega la primavera con su calorcito y su alegría. Por eso me encanta la tierra donde vivo porque el sol siempre luce con una luminosidad absolutamente resplandeciente, y te dá ese calorcito que te llena de alegría el corazón y el espíritu.

 

No os he deseado feliz año nuevo, no me gusta esa época, ahora os deseo un feliz fin de invierno, que os abrigueis y os cuideis del frío y que recibais la nueva primavera  con una inmensa felicidad.

 

 

 

 

1 comentario

Ana Isabel -

Oye lo del calorcito está bien pero mándame un poco para aquí que hace un frío que pela.
Por su puesto que no paramos ni observamos a los de alrededor, solo cuando algo nos golpea fuerte y nos obliga a hacerlo. ¡Y nos perdemos todo!