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SUEÑOS QUE SE HACEN REALIDAD

AL PADRE QUE NO ESTÁ.

AL PADRE QUE NO ESTÁ.

AL PADRE QUE NO ESTÁ

 

Sí, hoy es el Día del Padre. Ese padre con mayúsculas, que te intimida en ocasiones, que siempre está trabajando para que tú tengas de todo, que te protege de mamá cuando se enfada, que te dá 10 euros… (shhhh…) y que cuando te regaña hace que todo tu mundo tiemble. Autoritario, siempre has de rendirle cuentas, pero te dá seguridad y estabilidad.

 

Está cuando lo necesitas, si mamá es el corazón, el alma, la confidencia, papá es el

árbol al que te arrimas, el que hace que un abrazo suyo valga millones y que siempre te verá la eterna niña perfecta, aunque siempre reniegue y se queje de mil cosas.

Cuando papá está bien, todo va bien, pero si papá está mal… la casa entera se tambalea.

Siempre lo queremos fuerte. Si mamá es el junco que se adapta al viento con su flexibilidad, papá es el roble grande y poderoso que aguanta los embates resistiendo por pura fuerza.

Papá siempre presumirá de que su hija es la más mejor del mundo mundial, que en el colegio es un  portento y la pondrá delante de sus amigotes encima de un pedestal.

Y tú resoplarás por las veces que se pone cansino con la misma cantinela, que estudies, que sales demasiado, mirando de reojo a todos tus amigos…

 Y te llevará todo orgulloso al altar, entregando tu mano a ese hombre que tú elegiste… para bien o para mal…

 

Si, por eso y mil cosas más toda hija quiere a su padre.

 

Pero por desgracia, muchísimas veces no es así.

 

El padre muchas veces es incapaz de acercarse emocionalmente a su hija o hijo en cuando éste deja de ser un niño pequeño. Como no entiende y le tiene miedo por pura inmadurez emocional, se distancia más y más dejando a la madre con toda la tarea de criar a los hijos.

Cuando las cosas se tuercen y vienen los problemas, a veces, en vez de afrontar con paciencia y sangre fría las cosas, lo más fácil es perder los nervios, lo cual provoca efectos desastrosos en las relaciones intergeneracionales.

O simplemente adopta el papel de observador pasota, incapaz de buscar soluciones, simplemente… no se es capaz de afrontar las crisis.

 

Y el tiempo pasa rápido, los hijos crecen y el cariño, si no se ha cuidado, es inexistente.

Y esa es la cruda realidad. Si no se ha cuidado bien de los hijos, si no te has implicado y si no has dado la calidez necesaria… en verdad, hoy no es el día de celebrar nada, porque serás el padre que no se siente, el padre que no está.

 

 

 

 

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